Recorrido De Caza

Si existe una modalidad de tiro que se adecua a la práctica de la caza, esa es sin lugar a dudas el Recorrido de Caza. Cualquier cazador que se ponga por meta mejorar su promedio de aciertos, se decantará por el Recorrido, una afición que se practica en pleno campo, con blancos móviles y en la que se procura reproducir de la forma más fiable posible todos los tipos diferentes de tiro que en la caza pueden presentársenos.

Las instalaciones

Una instalación para la práctica de recorridos de caza consta de un número variable de recorridos de carácter parcial, que son designados con nombres de animales cazables. De esta forma, dispondremos del recorrido de la perdiz, del pato, de la tórtola, del conejo… a pesar de lo que se pueda pensar, esta denominación no está para nada relacionada con la forma de tirar el plato; es decir, no se imita el vuelo de las diferentes especies.
Cada recorrido parcial se compone a su vez de puestos de tiro en los que se colocan los participantes y de máquinas que permanecen ocultas al tirador y desde donde se lanzan los platos.
El número de recorridos parciales es variable, pudiendo ir desde uno hasta ocho. Para las competiciones con carácter Nacional o Internacional es preciso un mínimo de cuatro.
Un campo de recorridos de caza no tiene porque ajustarse a unas medidas ni a una disposición fija. Es aconsejable que se encuentre en una llanura pero con pequeñas colinas, barrancos y desniveles. Además es imprescindible la presencia de vegetación, ya que con ella se oculta de forma parcial un tramo de la trayectoria del plato, al tiempo que amortigua el ruido de disparos en puestos próximos y además nos servirá para proveernos de lugares sombreados tan necesarios en la época estival.
Las dimensiones totales del campo, incluyendo las necesarias zonas de seguridad, se estiman en tres hectáreas para cada recorrido en terreno llano, mientras en terreno quebrado se puede reducir esta cifra, gracias a disponer de mayor cantidad de zonas protegidas.

Equipo necesario

Munición

En cuanto a las municiones a emplear, el Reglamento de esta actividad señala:

La carga de los cartuchos no debe sobrepasar los 36 gramos de plomo. Los más habituales son los de 32 y 34 gr. Con el primero de ellos el tirador está primando la velocidad (ya que la carga debe empujar menor peso de plomo), y en el segundo caso se prima la cantidad de perdigones por cartucho.

Los plomos serán de forma esférica y hechos de plomo sólido. Los números de perdigón que se utilizan normalmente son el 7, el 7,5, el 8 y el 9.
Los cartuchos deben ser cargados normalmente.
El empleo de esparcidores, de todo artificio de dispersión y de cualquier carga anormal de los cartuchos, está prohibida.
El árbitro puede, en cualquier momento, quitar un cartucho no empleado de la escopeta, para su examen.
El empleo de la pólvora negra está prohibido, así como el empleo de cartuchos trazadores.

El reglamento deja por tanto una gran amplitud a la hora de seleccionar unos cartuchos, algo del todo normal teniendo en cuenta la variedad de platos que hemos citado y las diferentes trayectorias que éstos pueden realizar.

El arma

En cuanto al arma, podemos decir que cualquier escopeta de caza con una longitud del cañón superior a 70 cm es totalmente válida. Lo más habitual es encontrarnos con escopetas de cañones entre 70-71 cm; si bien últimamente están proliferando los cañones más largos, puesto que así se consigue una mayor velocidad de los perdigones al abandonar los cañones; esta tendencia lleva a muchos tiradores a seleccionar escopetas de 75 cm. e incluso más (aunque en raras ocasiones).
Para el Recorrido es fundamental además que el arma disponga de polichoques, éstos permitirán al tirador seleccionar el choque más adecuado en cada caso, en función del tipo de plato, de la orografía del lugar…

Normas básicas de comportamiento

Las características principales que definen esta práctica son las siguientes:

El tirador deberá pedir el plato con la guardia baja.
Es necesario que el tirador tenga la culata pegada al cuerpo, a una distancia superior a 25 centímetros de la cruz del hombro, por lo que es necesario disponer en el chaleco de una cinta o bordado que indique esta distancia.
Una vez pedido el plato, no se podrá hacer ningún movimiento con la escopeta hasta que se divise el blanco. Si el tirador iniciase el encare al escuchar el sonido de la máquina, el plato se considerará nulo y el participante será advertido de su falta. Si un tirador acumulase dos advertencias, el plato se considerará cero.
Se considera esta norma como las más útil para el cazador, ya que le facilita la posibilidad de identificar las piezas antes de encarar, aumentando sus posibilidades de abatirlas.
De los 25 platos que se tiran por serie, un mínimo de tres dobles pueden ser al tiro (esto es, cuando se pide el plato, sale el primero y al disparar sale el segundo), simultáneos (cuando salen a la vez) y ráfaga (cuando sale uno al solicitarlo y, tras cargar la máquina, sale otro que tendrá la misma trayectoria).
Los árbitros determinarán la existencia de trayectorias con límites, fuera de los cuales aunque el plato se rompa se considerará cero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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